No dejes que tus redes sociales te causen FOMO o ansiedad. Ver a todos tus contactos publicando incesantemente sus maravillosas experiencias no es lo mejor que puedes hacer si tienes que estar el verano trabajando o sin salir de tu ciudad.
Pasarte las vacaciones en casa puede parecer de primeras deprimente, pero no tiene por qué ser del todo así. Lejos de ser un lujo, lograr desconectar de las obligaciones laborales da al cuerpo y sobre todo a la mente un respiro necesario. Hace más feliz y saludable. Pero para ello no es necesario endeudarte en alquilar un barco, bañarte en playas tropicales o cruzarte el mundo para ver paisajes más exóticos.
De hecho un tiempo de calma en el que la agenda no rebose de planes, visitas obligadas y monumentos que no te puedes perder puede incluso tener un extra de beneficio para tu salud mental.
No hay que restarle valor a todo lo bueno que tiene cambiar de aires de vez en cuando. Pero si este verano no tienes dinero para viajar, hay algunas maneras de recrear el ambiente de vacaciones en tu casa.
Deja de sentirte mal
Claro que da envidia ver en redes a tus amigos en playas de arena blanca o visitando países que aún no conoces. “Este fenómeno apela al deseo humano de pertenencia y experiencia. Sin embargo, hay que recordar que el descanso y la alegría no requieren viajes largos”, explica en Verywell Mind Lindsey Tong directora clínica de Profound Treatment. “Las vacaciones, en esencia, consisten en romper con la rutina y permitirse relajarse y darse un capricho”.
Por ello la especialista aconseja tomarte un descanso de las redes sociales si crees que no puedes gestionar la envidia o el malestar. Después céntrate en lo que tienes más que en lo que te falta. Prueba a llevar un diario de gratitud para hacer esto más fácil.
No es lo único que puedes hacer. Con un poco de creatividad y ganas puedes llevar ese espíritu ocioso a tu hogar.
Rompe con la rutina
Ya sea en un lugar nuevo y excitante o en el sitio familiar en el que veraneas desde la infancia la sensación de estar de vacaciones es la misma. Es aquella en la que pausas tus obligaciones y tareas para dedicarte al deleite. Las vacaciones suelen pasarse en un lugar más bonito que el habitual, comiendo cosas más sabrosas y mimándote más.
Apaga el despertador, aprovecha para dormir y descansar. Desayuna en la cama, deja la lavadora y la limpieza para otro día y prueba a comer fuera, leer tranquilamente en tu sofá, hacer una buena sesión de cine o disfrutar como nunca de tu patio si tienes la suerte de tener uno. Puedes transformar espacios cotidianos como tu ducha en un santuario. Prepárate un baño tibio, pon música suave y tómate el tiempo para cuidarte.
Turista en tu ciudad
Intenta recrear esto en casa. Si puedes permítete una escapada a un lugar cercano o una noche de hotel en tu propia ciudad. Visita ese museo al que nunca fuiste o reserva en ese restaurante de moda al que llevas tiempo queriendo ir pero nunca vas. ¿Qué tal una sesión de spa? Es hora de hacer lo que nunca haces.
Visita las web de turismo de tu zona y descubra joyas ocultas que nunca antes había visitado. Busca recomendaciones sobre parques, museos, sitios históricos y tiendas exclusivas. O simplemente prueba a pasear por otros barrios distintos al tuyo, seguro que descubres sitios interesantes a unas cuantas calles de tu piso.
Prueba nuevos pasatiempos
Desde Verywell mind también animan a probar nuevos hobbies, como el yoga, beneficioso para el cuerpo y la mente. Pero si esto no es lo tuyo, considera pintar, la jardinería, leer o cocinar. «Son formas excelentes de relajarse y concentrarse en algo nuevo«.
Como explica, realmente, la clave es encontrar actividades que te hagan sentir bien y realizarlas con la suficiente regularidad como para que se conviertan en una rutina novedosa de verano.