Empecé mi carrera como abogada y trabajé en PwC como parte de su equipo jurídico en Reino Unido.
Unos años más tarde, me trasladé a Estados Unidos y me convertí en asesora fiscal de la empresa. Aproximadamente un año después, en 2014, me trasladé de nuevo a Reino Unido y seguí trabajando en PwC hasta 2018, cuando me marché a EY para trabajar como directora en el equipo de fiscalidad internacional.
Desde mis primeros días en PwC, sentí que las consultoras de las big four operan de forma supereficiente y hacen un trabajo fantástico. Aun así, el sistema tenía algunos puntos débiles en cuanto a conocimientos financieros y perspicacia empresarial. Gracias a mi trabajo, que incluía desmitificar el mundo fiscal para el ciudadano de a pie, me di cuenta de que este problema no solo afectaba a los empleados de PwC, sino a todo el país.
Esas experiencias me llevaron a crear Wealthbrite, que fundé en 2021 tras dejar EY en agosto de 2020. Trabajamos con organizaciones para apoyar a sus talentos en las primeras etapas de su carrera, proporcionándoles formación para navegar por las incertidumbres en torno a la educación financiera personal y el funcionamiento de las empresas.
Aquí están tres de los mayores errores financieros que he visto cometer a compañeros de las big four y otros profesionales y mis consejos sobre cómo evitarlos:
1. Inflación del estilo de vida
La inflación del estilo de vida consiste en gastar todo lo que ganas, o incluso más de lo que ganas, para mantener un determinado estilo de vida. He tenido conversaciones con amigos y compañeros que se han sentido presionados en este sentido.
Cuando trabajas duro y muchas horas, a veces quieres recompensarte.
Esto puede significar gastar dinero o derrochar y gastar más de la cuenta para compensar las largas horas de trabajo o no disfrutar del trabajo diario tanto como nos gustaría.
Probablemente, yo también lo hice al principio de mi carrera. Recuerdo que cuando terminé los exámenes profesionales y obtuve el título de abogada me sentí muy emocionada, porque eso conllevaba un aumento de sueldo. Sentía que podía divertirme un poco más con el dinero que ganaba.
La inflación del estilo de vida suele producirse porque la gente no se toma el tiempo necesario para hacer presupuestos. He hablado con mucha gente, no solo de las big four, sino también de otros servicios profesionales, y sé que muchos no presupuestan activamente.
No es habitual que mis compañeros de las big four hablaran de objetivos financieros, pero charlaba con gente en el bar cuando se quejaban del coste de las cosas o confesaban que habían estado derrochando.
Cuando dejé PwC y empecé a hablarles de Wealthbrite, otros antiguos compañeros se sinceraron. Algunos incluso confesaron tener problemas financieros más graves, como grandes deudas con tarjetas de crédito.
Cuando no prestas atención a lo que entra y sale de tu cuenta bancaria, es fácil caer en el hábito de derrochar y no darte cuenta de que estás gastando más allá de tus posibilidades.
Puedes aprovechar tu dinero para darte más de un capricho, pero es importante hacer un presupuesto y fijarse objetivos financieros. Animo a la gente a identificar objetivos a corto, medio y largo plazo y a darse la oportunidad de hacerlos realidad.
2. Pensar que los planes de pensiones son algo demasiado denso
Cuando me licencié en Derecho, ganaba más de lo que mi padre había ganado nunca en su carrera. Eso significaba que no me sentía muy cómoda hablando con los miembros de mi familia sobre mi situación financiera.
Nunca había oído la palabra «inversión» mientras crecía.
Tampoco me sentía cómoda hablando de finanzas con mis colegas. Uno de los efectos más perjudiciales fue no aprovechar al máximo mi plan de pensiones al principio de mi carrera. He hablado con amigos de múltiples sectores que admiten que les pasó lo mismo.
Maximizar las aportaciones a planes de pensiones es probablemente mi consejo de inversión número 1 para las personas que trabajan en empresas como la mía. En la mayoría de los casos, los planes de pensiones son muy generosos, tanto en lo que se refiere a las aportaciones que uno puede hacer como a las que puede hacer la empresa. No aprovecharlo al máximo es un gran error.
He hablado con muchos compañeros que ahora ocupan puestos de responsabilidad en las big four o en el mundo de la abogacía, que saben que están en el extremo superior del espectro de ingresos y que probablemente deberían hablar con un asesor financiero. Aun así, no lo hacen porque les parece una gestión demasiado pesada.
No todo el mundo llega a convertirse en socio y no todo el mundo se queda en la profesión. La gente decide dejarlo o tomarse un descanso por motivos personales. Cuando lo hacen, las inversiones pueden ayudarles a seguir costeándose su estilo de vida más allá del tiempo que permanezcan en ese trabajo.
Creo que hay algunas preguntas que la gente puede hacerse para saber si buscar el apoyo externo de un asesor es lo adecuado para ellos. ¿Tienen tiempo y ganas de aprender sobre finanzas de forma que les ayude a maximizar su situación financiera? ¿Y tienen el nivel de experiencia necesario para hacerlo?
Cuando trabajas en una de las big four, hay todo tipo de normas y reglamentos sobre los tipos de inversiones que puedes hacer debido a las restricciones de auditoría. Puede resultar complicado, así que puede tener sentido recurrir a un apoyo externo que te ayude a manejarlo.
3. Pensar que hablar de dinero no es apropiado en el trabajo
Cuando trabajaba en una de las big four, no se hablaba de finanzas más allá de los momentos clave del año en los que se discutían los ascensos, aumentos de sueldo y beneficios.
En campos como la abogacía o las big four, uno se especializa muy pronto. Te conviertes en un experto en tu campo. La cultura se convierte en una en la que se espera que sepas lo que está pasando, y puede parecer que si no sabes algo, estás en desventaja. Esto se agrava cuando se trata un tema como la salud financiera, que muchos consideran un tabú social.
Las empresas tienen que facilitar que la gente comparta sus preocupaciones y pueda expresar que tiene problemas de salud y bienestar financieros.
Creo que el bienestar financiero se ha convertido en un tema de conversación más importante en tras la pandemia y la subida de los precios por la inflación. Los miembros de la generación Z también son mucho más abiertos que las generaciones anteriores a la hora de hablar de dinero.
Recomiendo que los profesionales que estén empezando hablen con sus compañeros sobre lo que les funciona desde el punto de vista de las finanzas personales.
También animaría a las compañías a que enseñaran a la gente el lenguaje del dinero y las finanzas y lo incorporaran a sus prácticas empresariales cotidianas. Los empresarios tienen la obligación de ayudar a sus empleados a entender su salario y sus prestaciones económicas.