Es muy probable que en algún momento del invierno te contagies de la gripe. Esta infección común está provocada por un virus —lo que significa nada de antibióticos—.
Los síntomas que trae consigo son fiebre, tos, malestar general y dolores musculares o de cabeza. Por lo que para combatirla únicamente puedes recurrir a la paciencia y como mucho algún analgésico, si ves que te encuentras muy mal.
Lo normal es que en una semana hayas mejorado. Aunque hay algunas cosas que puedes hacer para que la recuperación sea más rápida y eficaz.
Quédate reposando
Si la gripe o un simple catarro son motivos justificados para que tu hijo no vaya al colegio, en tu caso tampoco deberías ir a trabajar.
Quedarte en casa no solo evitará contagios. Además, a tu cuerpo le vendrá un poco de calma mientras está batallando con los virus. De todas formas, la tos, el dolor de cabeza, el malestar general e incluso la fiebre no te pondrán muy fácil poder concentrarte en otras cosas.
Toma líquidos
Tomar líquidos cuando estás «griposo» ayuda, por un lado, a compensar la deshidratación por la fiebre. También es un remedio eficaz para ablandar la mucosidad y con ello aliviar las fosas nasales congestionadas.
El agua es un buen remedio, como lo son también los zumos o la leche, según los médicos. El zumo de limón con miel, infusiones, sopas y caldos cuentan también con el visto bueno de la ciencia.
Duerme todo lo que sea posible
Asegurarte de obtener las horas de sueño necesarias es una buena manera de acelerar tu recuperación. Si bien dormir estando enfermo no es fácil, las investigaciones sugieren que no hacerlo como corresponde puede aumentar las probabilidades de enfermarte.
Mientras duermes, tu sistema inmunitario produce sustancias protectoras que combaten las infecciones, como anticuerpos y citocinas. Los estudios han estimado que aquellos que no duermen adecuadamente tiene hasta 3 veces más probabilidades de coger un resfriado que aquellos que están bien descansados.
Come sano
Aunque no te apetezca comer mucho, hacerlo le dará a tu cuerpo la energía que necesita. Las sopas y caldos suelen sentar bien, pero en la medida de lo posible intenta también incluir frutas y verduras. Su aporte de vitaminas es un buen impulso para un sistema inmune en plena batalla.
Haz gárgaras para la garganta y baños nasales para la nariz
Si la gripe hace que te duela la garganta prueba a hacer gárgaras con agua salada. La sal extrae la mucosidad del tejido inflamado e hinchado, mientras que el agua alivia la sensación de picazón.
Según indicaciones de la Mayo Clinic la mezcla debería ser de 1/4 a 1/2 cucharadita de sal disuelta en un vaso de 0,2 litros de agua tibia
Un enjuague nasal con solución salina puede ayudar a eliminar la mucosidad atrapada y aliviar la sensación de congestión.
Humedece el ambiente
Cuanto más seco sea el aire de tu casa peor serán los síntomas. Ya que la sequedad no es lo más conveniente para gargantas doloridas y mucosidad en abundancia.
En cambio, el aire húmedo puede ayudar a aliviar el dolor de garganta y nariz. También crea un ambiente inhóspito para la gripe, que prefiere un clima seco, según señaló en Business Insider la doctora Leann Poston.