¿Has sido víctima de un narcisista? ¿Tienes la sensación de que confías demasiado en personas que solo buscan controlarte? Te damos claves para saber si eres alguien manipulable.
«¿Cómo saber si soy una persona manipulable?». Si alguna vez te lo has preguntado, te interesará descubrir que es una cuestión que se plantea mucha gente. Lo hacen cuando están cansados de arrastrar relaciones fallidas, vínculos que duelen y en los que se sienten instrumentalizados. Son, sin duda, experiencias lesivas que minan el estado de ánimo.
Los factores que median en esta realidad son casi siempre la baja autoestima y la inseguridad. A pesar de ello, es conveniente que recuerdes algo. Si alguien te hace daño, el problema no siempre está en ti, sino en quien con sus malas artes te provoca sufrimiento. A pesar de ello, es adecuado contar con estrategias defensivas. Te damos las señales, a continuación.
«Cuando descubres qué es lo que desea una persona, ya sabes quién es y cómo empezar a manipularla».
Claves para saber si soy una persona manipulable
La manipulación es un tipo de coerción que busca modificar tus actitudes, emociones y conductas para obtener un beneficio de ti. Y, en efecto, tal artimaña deja secuelas. Por ello, es común que muchas personas acudan a terapia psicológica a causa de un vínculo malicioso con una pareja, compañero de trabajo y hasta con alguna falsa amistad.
Asimismo, es frecuente que quien ejerce esta práctica intente siempre ganarse tu confianza. A partir de ese instante, actuará de forma maquiavélica para detectar tus debilidades y controlarte. Sabemos que esto es perturbador y que son vivencias que no deseas repetir. Pero para defenderte, te ayudará conocer primero si eres una persona manipulable. Te lo explicamos.
1. Sueles complacer a los demás
La revista Health Psychology Research realizó una investigación sobre uno de los tipos de manipulación más frecuentes que existen: el chantaje emocional. En este caso, se descubrió que dicho factor dificultaba el ajuste de las universitarias al entorno académico. Bien, si te preguntas qué variable suele aparecer entre quienes son más vulnerables a esta dinámica, se encuentra la complacencia.
Haz un ejercicio de introspección y pregúntate si eres una persona que necesita complacer a los demás. Detrás de esta dimensión suele esconderse el miedo al rechazo, al abandono y el temor a no gustar. Siempre es adecuado valorar estos elementos, porque al hacerlo descubres cuáles parcelas de tu personalidad sería adecuado trabajar para sentirte mejor.
2. Te cuesta decir no y confrontar
Si te preguntas cómo saber si soy una persona manipulable, analiza si te cuesta dar negativas. Por ejemplo, ¿cedes cuando un amigo te propone un plan, aunque no te apetezca? ¿Te es difícil decirle que no a ese familiar que siempre pide favores? ¿Tienes problemas a la hora de confrontar a tu pareja cuando vulnera tus derechos?
La dificultad para poner límites a lo que no quieres, no es de tu gusto o te genera molestia, se debe a tu miedo a ofender. Te preocupa que, con ese «no» asertivo y claro, la otra persona se sienta dolida. Sin embargo, piénsalo, en estos contextos, quien con frecuencia pierde eres tú.
3. Los efectos de la baja autoestima
Por lo general, el desencadenante nuclear de tu vulnerabilidad a la manipulación es la baja autoestima. En Current Psychology se informa que los problemas en las relaciones de pareja y la inseguridad percibida en las mismas responde a este factor. De algún modo, todos tus vínculos pueden verse condicionados por esta dimensión.
La ausencia de dicha variable psicológica se detecta cuando te cuesta ser tú mismo en los lazos interpersonales. También, cuando sientes que no eres digno de esa persona que amas. Esa autopercepción negativa le da poder a la otra parte para tener el control sobre ti. La buena noticia es que este constructo es como un músculo que puedes fortalecer de nuevo.
4. Eres una persona insegura
«¿Y si me equivoco en esta decisión?» «¿Y si le hago daño a esta persona por hacer esto o lo otro?» «No me atrevo dar este paso, porque seguro que quedo en evidencia ante todos». La inseguridad personal es como caminar por una cuerda floja y temer que vas a caerte en cualquier momento. Ese temor hace que necesites de forma constante el respaldo de los demás.
Si bien siempre hay figuras en las que te puedes apoyar, en ocasiones, surgen personas que se aprovechen de tu falta de decisión y seguridad, con el fin de manipularte y servirse de ti. Saberlo y darte cuenta de ello es el primer paso para cambiar.
En caso de que sientas que no tienes otra opción que permanecer en tus relaciones actuales, aunque te lastimen, es un signo inequívoco de que eres una persona manipulable. No obstante, recuerda, tomar conciencia de ello siempre permitirá responsabilizarte de ti mismo para adoptar nuevas estrategias. Esas con las que impedir que te controlen.
5. Evitas los conflictos
Es cierto, a nadie le gustan los problemas y las confrontaciones. Pero estas dinámicas forman parte de la vida y de tus relaciones sociales. Ahora bien, si evitas los conflictos en todo momento, es muy probable que te resulte difícil resistir la presión de un manipulador de manual. Esta es una variable que, sin duda, conviene tener en cuenta para saber si eres una persona manipulable.
Dicha tendencia a la inhibición en dinámicas conflictivas suele deberse, como señalan en New Ideas in Psychology, a factores de personalidad e incluso neurológicos. Hay quien se siente más motivado a la confrontación y, luego, están los que se sienten amenazados por ella. En todo caso, son situaciones que podrás manejar aprendiendo nuevas herramientas.
6. Problemas para poner límites claros
Si te preguntas cómo saber si soy una persona manipulable, sitúa la atención en tu habilidad para poner límites. ¿Crees que es efectiva? Es posible que, en tu entorno, ciertas personas te traten de manera desconsiderada y no sepas cómo frenarlas. Nadie puede negar que tal tarea cueste, pero te aseguramos que aplicarla salvaguarda tu bienestar mental.
Psicólogos como Tomás Navarro, disponen de libros muy interesantes que ofrecen estrategias en este sentido. Su trabajo, Tus líneas rojas: aprende a poner límites, cuidarte y protegerte emocionalmente (2023), es un ejemplo de ello. Habilitarte en esta tarea te alejará de las presencias con tendencias manipulativas.
7. Falta de conocimiento sobre tácticas de manipulación
En efecto, si no estás familiarizado con las estrategias de manipulación o no reconoces las señales, es muy posible que no puedas protegerte de manera correcta. Esta es una materia que uno aprende en cada decepción, en cada experiencia dolorosa vivida y en diferentes contextos. Si necesitas conocer estos indicadores, te planteamos los más usuales:
- Los manipuladores te aíslan socialmente.
- Manipularán tus emociones y sentimientos.
- Aparece la amenaza y la coerción constante.
- Poco a poco, surgen las mentiras y las críticas.
- A veces, te dejan de hablar como forma de castigo.
- Suelen comparar con los demás para menospreciarte.
- Te hacen grandes promesas que raras veces cumplen.
- Al principio te halagan y te validan con infinitos cumplidos.
- Practican en gaslighting, es decir, te hacen dudar de ti mismo.
Recomendaciones para protegerte de la manipulación
Lo lamentable de la manipulación es que se desarrolla entre tus relaciones más cercanas. A veces, casi sin darte cuenta, se establecen vínculos de poder en los cuales acabas perdiendo o eres la figura más vulnerable. Pero esta dinámica puede cambiar. Para tal fin te aportamos una serie de recomendaciones que te protegen de la presente realidad:
- No cedas ante lo que no deseas: si te sientes obligado a realizar algo que va en contra de tus deseos, principios o bienestar, tómate el tiempo para evaluar la situación y recuerda proteger tu dignidad.
- Conecta con lo que sientes y reacciona: en el momento que sientas que algo no va bien en una relación, actúa. Si notas presión, angustia o, incluso, susto, presta atención a esos sentimientos y no los ignores.
- Estima tu independencia y autonomía: tienes derecho a decidir por ti, a proteger tu autoestima en el seno de cualquier relación. No dejes que alguien te haga sentir incapaz de tomar decisiones o creer que eres poco valioso.
- Conoce tus valores y prioridades: clarifica qué es lo más importante para ti en una relación y cuáles líneas no deben sobrepasarse. Cuanto más claros tengas estos aspectos, más fácil será reconocer comportamientos manipuladores que puedan entrar en conflicto con tus principios.
- Fortalece tu autoestima: este constructo psicológico no es estable, determinadas situaciones y relaciones pueden debilitarlo. Por tanto, inicia nuevas prácticas que permitan validarte y empoderarte como persona. En cuanto recuerdes lo que vales, te atreverás a enfrentarte a los manipuladores.
- Potencia tu asertividad: Social and Personality Psychology Compass, en una investigación, define esta competencia relacional como el grado en que alguien se levanta y habla por sus propias posiciones al encararse a quien que no piensa igual. Esta habilidad te permitirá defender tus derechos y decir «no» sin culpa y «sí» sin miedo.
Siempre es buen momento para poner filtros ante la manipulación
Puede que hayas vivido experiencias traumáticas a causa de esta conducta dañina. Tomar conciencia de que «sí soy una persona manipulable» te abruma y preocupa, es cierto. Pero aseguramos que el cambio es posible y con adecuadas estrategias y nuevas actitudes, conseguirás evitar que esta dinámica surja de nuevo.
Te mereces crear lazos saludables en los que confiar, vínculos respetuosos de los que hacen florecer, sin drenarte, sin empequeñecerte. Invierte en ti, desarrolla las competencias aquí señaladas y descubrirás cambios positivos. Asimismo, si percibes que no te es posible, no dudes en solicitar ayuda especializada; te guiará para empoderarte y poner filtros ante quien te hace daño.