Sanar después de una ruptura puede parecer un desafío enorme. Sin embargo, en este escenario, el perdón, junto con evitar el contacto innecesario, son pasos esenciales para liberarte del pasado.
Cuando una relación termina, es común enfrentarse a una mezcla de emociones intensas: tristeza por lo que pudo ser, rabia si la ruptura fue difícil y soledad si aún tienes sentimientos o sigues en contacto con esa persona. Aunque a veces desearías borrar todo de un plumazo, superar a tu ex requiere tiempo y paciencia.
No te preocupes si tarda más de lo que esperabas; cada quien sigue su propio ritmo. A pesar de que los recuerdos siempre ocuparán espacio en tu memoria, puedes trabajar en ti para avanzar y reconstruir tu vida.
Es verdad que no existe una fórmula infalible para todos, pero también lo es que existen estrategias que te permitirán soltar a esa persona y seguir adelante. Enseguida, te presentamos 13 claves diseñadas para ayudarte a transitar el rompimiento.
1. Acepta tus emociones
Superar a tu ex comienza con aceptar lo que sientes. Es normal que, después de terminar, tus emociones cambien con constancia: un día te sientes optimista y al siguiente te abruma la tristeza. En lugar de resistir esos sentimientos, dales espacio. Si un día te invade la rabia, experiméntala sin juzgarte. Eso sí, establece un límite para que las emociones que enfrentes no dominen tus días por completo.
Reconocer tus sentimientos ayuda a liberarte y continuar.
2. Da tiempo al tiempo
Es natural querer saber cuánto tiempo te llevará superar a alguien con quien compartiste tu vida por un periodo, pero no hay una respuesta única. Quizás algunas personas avanzan en unas pocas semanas, mientras que otras tardan meses o incluso años.
Lo importante es no apresurarte ni compararte con los demás. Recuerda que sanar lleva tiempo y es un proceso personal. En lugar de solo cuestionar cuánto tardarás en reponerte, pregúntate también qué cambios positivos puedes hacer en ti para que este lapso sea más llevadero.
3. Evita el contacto innecesario
Aunque compartas espacios con tu expareja, como el trabajo o en reuniones de amigos, es esencial reducir el contacto fuera de esas situaciones. Esto incluye evitar llamadas, mensajes o encuentros casuales que reabran viejas heridas. Si te resulta difícil aplicar el contacto cero, establece reglas claras para protegerte.
Por ejemplo, si comparten amigos, pídeles que no te hablen sobre la vida de tu ex o que te avisen con anticipación si ambos asistirán a la misma reunión, para que decidas si quieres ir o no.
Cada día que logres mantener esa distancia es un paso más para cerrar ese capítulo de tu vida. Tu bienestar emocional es lo más importante, y no tienes que participar en conversaciones que te hagan sentir vulnerable.
4. Desconéctate de las redes sociales
Uno de los mayores retos en la era digital es resistir la tentación de revisar las redes sociales de quien fue tu pareja y ver qué hace. El impulso de ver sus publicaciones, fotos o historias te mantendría atado/a de manera emocional a esa persona, reviviendo momentos pasados o comparándote con lo que parece ser su nueva vida.
A menudo, la necesidad de controlar lo que está haciendo te lleva a desarrollar un mal hábito, como revisar si ya tiene una nueva pareja o si parece estar más feliz sin ti. Sin embargo, esto solo te atrapa en una versión distorsionada del pasado, generando más dolor y retrasando tu proceso de sanación.
Para no caer en este ciclo, considera dejar de seguirle en todas las redes sociales o, si es necesario, bloquearlo de manera temporal en plataformas como Instagram o WhatsApp. Esta desconexión digital te dará el espacio necesario para concentrarte en tu propio bienestar, sin la constante comparación entre tu progreso y el suyo.
Si te preocupa cómo se percibirá esta acción, recuerda que ambos necesitan tiempo, y desconectarte no es un acto egoísta, sino un gesto de amor propio.
Además, podrías aprovechar este tiempo para hacer una «limpieza digital». Elimina fotos, mensajes o videos que te lleven de vuelta a la relación. No es necesario borrarlos para siempre, pero puedes archivarlos o moverlos a una carpeta donde no los veas a diario. Reducir estos estímulos es útil para pasar la página pronto.
5. Rodéate de personas que te apoyen
Durante una ruptura, el apoyo de amigos y familiares se convierte en una herramienta invaluable para sanar. Son ellos quienes contribuyen a cargar el peso emocional cuando sientas que no puedes. Busca personas cercanas que te escuchen sin juzgar y que te ayuden a distraerte de manera saludable. No se trata de evadir tus sentimientos, sino de tener momentos de alivio y compañía.
Un ejemplo es organizar una tarde de películas en casa con amigos, donde no solo compartas tus emociones, sino también disfrutes de su compañía y reírte con ellos. También puedes salir a tomar un café con tu mamá, tu hermana o un amigo cercano, personas con quienes te abras y hables sobre lo que sientes, o simplemente pasar un buen rato sin que la conversación gire en torno a tu ex.
No tienes que atravesar este proceso en soledad. El respaldo de los demás es una forma de recordarte que, aunque la relación terminó, tienes personas a tu lado que te valoran, te escuchan y desean lo mejor para ti.
6. Haz una lista de razones para seguir adelante
Una de las estrategias más poderosas para superar a tu ex es escribir una lista de razones por las que se acabó la relación y por qué seguir adelante es lo mejor para ti. Este ejercicio clarifica tus pensamientos y te permite despojarte de cualquier idealización sobre tu vínculo pasado.
Si hubo momentos en los que sentiste que te menospreciaron o desplazaron, o si experimentaste agresiones verbales o psicológicas, plasmar en un papel esas experiencias con detalle te recordará que mereces algo mejor. Por ejemplo: «Me sentía ignorado/a cuando hablaba de mis logros personales»; «a menudo priorizaba sus necesidades sobre las mías». Al releer estas frases, recordarás por qué avanzar es un acto de autocuidado.
Esta lista visible en un lugar de tu casa, como en tu escritorio o en el espejo del baño, te recordará a diario que esa etapa quedó atrás por una razón. Puedes complementar con frases motivadoras, como «merezco que me valoren» o «el futuro me tiene reservado algo mejor». Estas son afirmaciones que ponen el foco en tu bienestar y refuerzan tu autoestima.
7. Reenfoca tu atención en ti
Tras un rompimiento, es común que los recuerdos de la relación consuman gran parte de tu tiempo y energía. No obstante, este es el momento perfecto para enfocarte en ti y en las cosas que dejaste de hacer mientras estabas en pareja, ya sea por falta de tiempo o por adaptarte a las preferencias de tu ex. Redescubre tus propios intereses e invierte en actividades que te hagan sentir plenitud.
Por ejemplo, si siempre quisiste aprender a tocar un instrumento, aprovecha para inscribirte en clases. O si durante la relación dejaste de lado tus hobbies, como leer o hacer ejercicio, retómalos. Incluso actividades simples, como ponerse al día con una serie que te encanta o empezar a practicar yoga, te devuelven la sensación de estar en control de tu vida.
A medida que te reenfocas en ti, fortalecerás tu autoestima y te darás cuenta de que la vida continúa y está llena de oportunidades para crecer y disfrutar.
8. Permítete sentir nostalgia, pero no quedarte en ella
Es normal que después de terminar ciertos momentos buenos vuelvan a tu mente. No tienes que reprimir esos recuerdos, pero tampoco dejes que se apoderen de ti. Por ejemplo, cuando escuchas esa canción que te recuerda los ratos felices con tu expareja, permite que la nostalgia te visite, pero no la cobijes.
En lugar de hacer a tu mente prisionera de cada vivencia, cambia la lista de reproducción a algo que te motive o que disfrutes en este nuevo capítulo. Esta transformación de mentalidad favorece proseguir sin aferrarte a lo que ya no es.
9. No busques una nueva relación como escape
Cuando una relación acaba, puede ser tentador llenar el vacío que hay en tu corazón entrando con rapidez en una nueva experiencia amorosa. La creencia de «un clavo saca a otro clavo», es una forma de evitar enfrentar tus emociones no resueltas.
Pero al involucrar a otra persona mientras aún lidias con el duelo, corres el riesgo de construir una relación con base en la dependencia o la inseguridad, lo que no solo te afecta a ti, sino también a tu nueva pareja.
Si empiezas a salir con alguien solo para «olvidar» a tu ex, es probable que los viejos sentimientos sigan surgiendo y generen comparaciones con tu relación anterior. A largo plazo, esto puede herir tanto a la otra persona como a ti.
En lugar de lanzarte a otra relación como una vía de escape, aprovecha esta etapa para conocer mejor tus deseos, pasiones y metas. Tómate el tiempo para fortalecer tu autoestima y asegurarte de que, cuando llegue el momento adecuado, podrás construir un lazo saludable y equilibrado.
10. No busques culpables
Señalar un culpable luego de una ruptura no te llevará a ningún lado. En cualquier relación, las responsabilidades son compartidas, por lo que no vale la pena enfocarse demasiado en las razones que llevaron al final. Lo más útil es reflexionar sobre tu actitud, identificar errores y usar esa experiencia para crecer.
Pero cuidado, esto no debería convertirse en una excusa para obsesionarte con lo que salió mal. Lo mejor es mirar hacia adelante, sin quedarte buscando un responsable.
11. Perdona para liberar el resentimiento
Perdonar no significa justificar lo que te hicieron, sino liberarte del peso emocional que te ancla al pasado. Si tu ex te causó daño, es natural el resentimiento, pero este puede convertirse en un obstáculo que impida tu avance personal. Por ejemplo, cada vez que piensas en las ofensas o traiciones, sientes amargura y dolor. Sin embargo, nada de eso te beneficiará.
En lugar de quedarte en esos recuerdos, concéntrate en soltar. Recuerda, perdonar es un acto de amor propio que te libera del sufrimiento.
12. Recurre al apoyo profesional si lo necesitas
Si ya no hallas qué hacer para no extrañar a tu ex y, a pesar del tiempo, aún sientes una tristeza profunda, buscar la atención de un psicólogo es un paso importante. Estos profesionales te ayudan a comprender tus emociones y ofrecen herramientas para superar el duelo. Entre ellas, se encuentra la práctica del mindfulness, una técnica para centrarte en el presente y reducir el impacto de pensamientos repetitivos o angustiosos sobre el pasado.
No sientas vergüenza o debilidad por pedir ayuda. La terapia no solo te permitirá sanar, sino también conocerte mejor y desarrollar habilidades para enfrentar otras dificultades en el futuro.
13. Ten paciencia
Superar a tu ex es un proceso que rara vez sigue una línea recta. Habrá días en los que sentirás que avanzas y otros en los que el dolor parece regresar con más fuerza. Estos altibajos no significan que retrocedas o fallas; solo hacen parte del ciclo. La clave está en ser amable contigo y reconocer que cada pequeño paso es un avance en la dirección correcta.
En los días más difíciles, como cuando te invade el impulso de contactar a esta persona, es fundamental recordar que estos momentos no definen tu progreso. Toma una pausa, respira y pregúntate si ese impulso en realidad te beneficiará a largo plazo.
El tiempo es tu mejor aliado
Al principio, superar a un ex puede parecer una tarea insuperable. El dolor se siente abrumador y los recuerdos parecieran imposibles de dejar atrás. No obstante, ten presente que sanar no es un proceso que deba acelerarse ni compararse con el de otros. Cada quien vive una ruptura de forma distinta; aunque ahora sientas que el dolor nunca se desvanecerá, con el tiempo y las estrategias correctas verás la luz al final del túnel.
No hay plazos ni reglas estrictas sobre cuándo deberías sentirte mejor. Algunos días serán más fáciles que otros y, en ocasiones, creerás que das pasos hacia atrás. Pero incluso en esos momentos difíciles, piensa que todo esfuerzo cuenta. Cada día que te permites sentir, sanar y crecer, te acercas a una versión más fuerte de ti.
A medida que pase el tiempo, notarás que el peso que llevas comienza a aligerarse. Los recuerdos que antes te dolían ya no tendrán el mismo poder. Y, cuando menos lo esperes, mirarás atrás y te fijarás lo lejos que llegaste, lo mucho que creciste y cómo, poco a poco, construiste un futuro que ahora te pertenece por completo. El tiempo y tu resiliencia serán tus mejores aliados.