Aprender mientras duermes suena idílico. Si vas a pasarte casi la tercera parte de tu vida en la cama, imagina lo que supondría poder aprovechar esas 8 horas diarias para mejorar tu inglés, aprender a tocar el violín o estudiarte el temario de tu próximo examen.
Desgraciadamente, al menos por el momento, lo de ponerte unos cascos mientras duermes para aprender alemán fluidamente o convertirte en un experto de física cuántica no funcionará.
Pero, si bien no existe aún la forma de adquirir una habilidad completamente desde cero mientras estás en los brazos de Morfeo, eso no significa que no puedas usar el sueño para mejorar tu memoria y conocimiento.
Durante la noche, tu cerebro no está totalmente apagado, sino que aprovecha este tiempo para procesar la información y consolidar los recuerdos. En este aspecto, sí que podría haber formas de mejorar ese proceso de memoria, como ha demostrado la ciencia.
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El sueño es un elemento clave del aprendizaje
El sueño es un componente del aprendizaje. —De hecho tu mente se ve seriamente afectada por la falta de descanso—. Y si bien no se puede aprovechar este para aprender conocimiento nuevo, sí que puede utilizarse como herramienta para fortalecer y reorganizar materiales previamente aprendidos.
Algunos estudios así lo han sugerido.
Por ejemplo, unas de las primeras investigaciones centradas en el vínculo entre aprendizaje y sueño, publicada en 1914 por la psicóloga alemana Rosa Heine, encontró que aprender material nuevo antes de dormir resultó en una mejor memoria al compararse con lo aprendido durante el día.
Esto puede explicarse porque el sueño mejora la consolidación de la memoria. Por un lado, porque tiene un papel reparador (al refrescar el cerebro y eliminarse durante este desechos y toxinas).
Asimismo consolida el aprendizaje realizado durante la vigilia, explica el profesor en Psicología, Ciencias Cognitivas e Inteligencia de la Universidad de Londres, Michael Thomas. «Al transferir información de una estructura llamada hipocampo, que almacena recuerdos episódicos o autobiográficos ‘instantáneos’ durante el día, a la corteza, que almacena el conocimiento conceptual», afirma en Metafact.
Es decir, que si bien todo apunta a que no aprenderás nada nuevo mientras duermes, si que puedes mejorar el conocimiento adquirido estando despierto.
Los olores y sonidos pueden reforzar el aprendizaje mientras duermes
En algunos casos, este reforzamiento del aprendizaje durante el sueño puede mejorarse si se acompaña de sonidos u olores (que también se presentaron mientras se estaban aprendiendo esos contenidos cuando se estaba despierto). Es lo que se conoce como Reactivación de la memoria dirigida.
La explicación es que los sonidos u olores asociados a lo aprendido al presentarse durante el sueño ayudan a reactivar y consolidarse aún más en la memoria.
Un estudio de 2011 dirigido por la científica Susanne Diekelmann de la University of Tubingen (Alemania) hizo que sus pacientes aprendieran un patrón específico de objetos en una cuadrícula antes de irse a dormir. Algunos de los sujetos fueron expuestos a un olor mientras lo hacían, y después Diekelmann expuso ese olor mientras dormían.
Los escáneres cerebrales mostraron que estos sujetos tenían una mayor comunicación entre el hipocampo y varias áreas corticales, en comparación con aquellos sin la señal, justo el tipo de actividad que debería conducir a una mayor consolidación de la memoria. No solo eso, también recordaron aproximadamente el 84% de las ubicaciones de los objetos cuando se despertaron frente al 61% que recordó el grupo de control.
Otras evidencias también han señalado que los sonidos pueden desencadenar asimismo el recuerdo mientras duermes, (claro, siempre que no te despierten en el proceso). En otra investigación de 2012, los voluntarios dominaron más fácilmente un juego musical similar al Guitar Hero si escuchaban acordes suaves de la melodía mientras dormían.
Los estudios más recientes apuntan a que cierto conocimiento básico también puede adquirirse durmiendo
Diversos estudios han encontrado que una forma básica de aprendizaje también puede ocurrir durante el sueño.
En un estudio de 2012 publicado en la revista Nature Neuroscience, por ejemplo, los investigadores encontraron que las personas podían aprender asociaciones de sonidos y olores durante el sueño.
Para ello, mientras los voluntarios dormían los científicos tocaban un tono al tiempo que les exponían al desagradable olor de pescado en mal estado. Una vez despiertos, al escuchar dicho tono, la gente contuvo la respiración presuponiendo un mal olor.
De hecho, en investigaciones similares la asociación del olor de cigarrillos al de huevos o pescado en mal estado durante el sueño ayudó a los voluntarios fumadores a fumar menos.
Un pasó más en la investigación sobre la capacidad de aprendizaje humana durante el sueño, lo dio un estudio alemán de 2019.
Publicado en Current Biology, según esta investigación, es posible que el cerebro establezca vínculos entre palabras en dos idiomas mientras duerme. Los investigadores comentaban pares de palabras inventadas y sus supuestos significados en alemán mientras los voluntarios dormían.
Cuando despertaron, las personas obtuvieron mejores resultados que la simple suerte cuando tuvieron que elegir la traducción correcta de palabras inventadas en una prueba de elección múltiple.
Aprender un idioma conlleva muchos niveles más allá de aprender vocabulario (dominar la gramática o el acento). Por lo que ponerte un podcast en segundo plano mientras duermes seguramente no te hará bilingüe, pero quizá sí que te ayude a reforzar o incluso incorporar alguna palabra nueva durante el sueño, según estos últimos hallazgos.