Escribir puede ayudarnos a superar traumas, según la ciencia

La escritura puede ayudarnos a gestionar traumas o estados de ansiedad. En este artículo estudiaremos en profundidad las consecuencias de esta práctica. ¿Te animas a intentarlo?

Según la ciencia, escribir puede ayudarnos a superar los traumas. Si bien puede parecer contradictorio que escribir sobre experiencias negativas tenga un efecto positivo, poner en papel un relato de un evento negativo pasado parece “liberar” recursos cognitivos.

La investigación sugiere que el trauma daña el tejido cerebral, pero cuando las personas traducen su experiencia emocional en palabras, pueden estar cambiando la forma en la que se organiza en el cerebro.

Cierto tipo de escritura guiada y detallada no solo puede ayudarnos a procesar lo que hemos pasado, también puede ayudar a que nos imaginemos un camino a seguir, reducir nuestra presión arterial, fortalecer nuestro sistema inmunitario y aumentar nuestro bienestar general.



La escritura expresiva puede resultar en una reducción del estrés, la ansiedad y la depresión. También puede mejorar el sueño y el rendimiento. Además, proporciona un mayor enfoque y claridad. Al fin y al cabo, lo que puede ser difícil de expresar en voz alta puede expresarse fácilmente a través de la escritura.

Los estudios de Pennebaker y otros

Los efectos de la escritura como herramienta de curación están bien documentados. James Pennebaker, psicólogo social de la Universidad de Texas, estudió el impacto de cierto tipo de escritura en la salud mental en 1986.

En un estudio, se asignó a 50 estudiantes universitarios sanos la tarea de escribir: un grupo sobre experiencias traumáticas y otro sobre temas superficiales. Seis semanas después de las sesiones de escritura, los estudiantes del grupo de trauma reportaron estados de ánimo más positivos y menos enfermedades que el otro. Además, una mejora en la función del sistema inmunitario celular y menos visitas al centro de salud.

Pennebaker hizo un seguimiento en otros entornos. En el Dallas Memorial Center for Holocaust Studies, él y sus colegas grabaron en vídeo entrevistas con más de 60 supervivientes del Holocausto mientras tomaban sus medidas fisiológicas. Posteriormente, clasificaron a cada sobreviviente, con base en la entrevista, como “informador de trauma” de nivel bajo, medio o alto. Un año después de las entrevistas, los informantes de nivel alto y medio tenían una mejor salud mental que los que se habían pronunciado poco sobre el trauma.

Escribir y sus efectos en el despido de trabajadores

Una investigación realizada por psicólogos y la empresa de recursos humanos Drake Beam Morin en 1994 estudió a 63 profesionales que habían sido despedidos de sus trabajos. En la condición experimental, se pidió a los participantes que escribieran sobre sus pensamientos y sus sentimientos más profundos sobre el despido.

Mientras tanto, en el grupo control se pidió a los participantes que escribieran sobre sus planes para el día y sus actividades de búsqueda de empleo. En la condición de no escritura, los participantes no recibieron ninguna instrucción de escritura en particular.

Después de cinco días consecutivos de sesiones de escritura de 30 minutos, los investigadores comenzaron a rastrear la situación laboral. Los participantes que escribieron sobre el trauma de la pérdida de sus trabajos tenían muchas más probabilidades de encontrar otros nuevos en los meses posteriores al estudio.

Escritura en ambientes médicos

Ampliando la investigación a pacientes médicos, en 1999 Joshua Smyth y Arthur Stone y sus colegas de SUNY en Stony Brook realizaron un estudio. Pidieron a pacientes con asma y artritis reumatoide que escribieran sobre el evento más estresante de sus vidas o sobre un tema neutral.

Cuatro meses más tarde, los pacientes con asma en el grupo experimental mostraron mejoras en la función pulmonar. Los pacientes con artritis en el grupo experimental mostraron una reducción en la gravedad de la enfermedad.

En total, el 47 % de los pacientes que revelaron eventos estresantes mostraron una mejoría clínicamente relevante. Sin embargo, solo el 24 % del grupo de control exhibió tal mejoría.

¿De qué nos informan todos estos estudios?

Louise DeSalvo comentó todos estos estudios en Escribir como una forma de sanar: cómo contar nuestras historias transforma nuestras vidas. En el libro, afirma que “la creatividad es una respuesta humana básica al trauma y un sistema de defensa de emergencia natural”.

Este es un libro que se basa en la cantidad de estudios científicos sobre la eficacia de utilizar la escritura como herramienta reparadora. La ciencia está fundamentada. Entonces, ¿cómo se puede poner en práctica esta poderosa herramienta?

“No sé lo que pienso hasta que lo escribo”.

-Joan Didion-

La escritura expresiva

La escritura expresiva se define como aquella que nos ayuda a dar sentido a nuestros pensamientos y emociones. Además, esta es flexible, ya que puede adoptar diferentes formas, incluyendo diarios, memorias, poesía, artículos de opinión o pensamiento. Lo que escribes importa menos que cómo lo haces.

Según los investigadores, la escritura más curativa debe seguir un conjunto de parámetros creativos. Y lo más importante, puede ser solo para ti. Debe contener detalles concretos, auténticos y explícitos. El escritor debe vincular los sentimientos con los eventos en la página.

Tal escritura permite a una persona contar una historia completa, compleja y coherente, con un principio, un medio y un final. En la narración, tal escritura transforma a la víctima-escritor en algo más poderoso: un narrador con el poder de observar. En resumen, cuando escribimos para expresar y dar sentido, reclamamos nuestro poder en la historia. Un poder que quizás se viera anulado en la realidad.

Por ejemplo, después del Holocausto muchos supervivientes escribieron relatos de sus experiencias. Fue el caso de Viktor Frankl, cuyo libro El hombre en busca de sentido lo realizó en nueve días.

Como vemos, este tipo de proceso de escritura inmersivo y reflexivo puede facilitar la reconstrucción, incluso después de los traumas más inimaginables.

Las terapias basadas en la escritura

Denise M. Sloan y Brian P. Marx desarrollaron la terapia de exposición escrita en respuesta a la creciente demanda de un tratamiento efectivo para el tratamiento del trauma.

En su enfoque único, el cliente escribe sobre un solo evento traumático; el terapeuta se enfoca en las experiencias del cliente, mientras escribe sobre el trauma, en lugar del evento en sí.

Además, varios estudios subrayan que escribir es una forma fácil, económica, independiente y relativamente universal de mejorar nuestras defensas frente a los estragos mentales y físicos del estrés y la enfermedad.

Revelar los pensamientos y sentimientos más íntimos, especialmente acerca de las malas experiencias, es bueno para la salud. Los terapeutas alientan cada vez más a los pacientes a realizar ejercicios de escritura fuera del entorno clínico. Con toda esta evidencia científica a favor, ¿por qué no te animas?

Cristina Roda Rivera.

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