El deseo de soledad en los adolescentes

La soledad y la adolescencia. ¡Qué tema!, ¿verdad? Pues bien, en este artículo hablaremos precisamente de él. De cuándo este deseo es normal, y también de cuándo puede constituir una señal de alarma, encubriendo una fuente de sufrimiento que realmente sí es problemática.

El deseo de soledad en los adolescentes es natural e incluso necesario para su desarrollo psicológico. La soledad tiene varios efectos positivos, como ser una buena ayuda para el refuerzo de la autonomía, además de tener la extraña propiedad de generar un espacio para la reflexión.

Sin embargo, las relaciones personales también son necesarias y beneficiosas durante la adolescencia; así, los adolescentes necesitan encontrar un equilibrio entre la vida interior y las relaciones que contribuya a salud mental.

¿Qué es la soledad?

Según un artículo de Carvajal y Caro (2009), la soledad es “una experiencia conocida por todos los seres humanos, inherente a la necesidad de pertenecer”. Puede definirse también como “una vivencia subjetiva de falta de conexión con los demás, tanto en cuanto a la cantidad de relaciones sociales como la calidad de estas”.

Sin embargo, podemos estar rodeados de muchas personas (cantidad) y sentirnos profundamente solos. Así que, en realidad, el sentimiento de soledad depende en gran medida de esa conexión con los demás, de esa sensación de soporte social percibido.



Los adolescentes: más vulnerables al sentimiento de soledad

Según Carvajal y Caro, también la adolescencia es una etapa en la que somos especialmente vulnerables frente a una sensación de soledad no deseada o no buscada. Lo curioso es que la sensación de soledad, de una manera o de otra, es una constante en nuestra vida adulta, solo que de alguna manera hemos aprendido a gestionarla. No nos incomoda estar solos ni tampoco nos sentimos raros al buscarlo.

Además, los adolescentes son especialmente sensibles a desarrollar sentimientos de soledad en comparación con otros grupos de edad. Según el Hospital Sant Joan de Dèu de Barcelona, diferentes estudios (como el estudio de Goosby et al., 2013, o el estudio de Lodder et al., 2016) sugieren que:

  • Entre un 21 y un 70 % de los adolescentes se sienten solos a veces.
  • Entre un 3 y un 22% de los adolescentes experimentan la soledad de forma habitual.

Además, también según el mismo portal, varios estudios han descrito como la soledad es un factor riesgo para la salud mental y física.

Pero, ¡ojo! Aunque se hable mucho de la soledad como sinónimo de sentimiento de soledad, no es lo mismo la soledad que sentirse solo e incluso que desear la soledad. En este artículo nos centramos en este deseo en los adolescentes, en esta necesidad de estar solos, en búsqueda de esa intimidad y de ese mundo interno desde la distancia social.

El deseo de soledad en los adolescentes: ¿qué hay detrás?

El deseo de soledad en los adolescentes es frecuente. En esta etapa llena de cambios de todo tipo (físicos, emocionales, sociales…), aunque los adolescentes necesitan conectar con los demás y cultivar sus relaciones, también buscarán momentos de soledad. ¿Qué suele haber tras esa necesidad de estar solos?

Según los expertos, pasar tiempo con tus pensamientos sin distracciones sociales también puede ser restaurador, fortalece tu confianza y hace más fácil que establezcas límites.

¿Cómo acompañar a mi hijo adolescente en su deseo de soledad?

Si tu hijo adolescente te ha manifestado que necesita momentos para estar solo, o no lo ha dicho directamente, pero tú has percibido esa necesidad, es importante que puedas acompañarle como padre o madre. ¿De qué forma? Básicamente, respetando esa necesidad, sin juzgar y facilitándole que tenga esos momentos.

También, con acciones del día a día muy básicas, pero que simbolizan mucho, como llamar a su puerta antes de entrar a su habitación, hablar de forma abierta con él, preguntar si tiene ganas de estar solo o de hacer algún plan familiar, etc.

Beneficios de la soledad en la adolescencia

Como decíamos en la introducción, la soledad conlleva múltiples beneficios, y por ello es importante que los adolescentes puedan cultivarla poco a poco. ¿De qué beneficios hablamos? Por ejemplo:

  • La soledad permite pensar, reflexionar y crear.
  • Ofrece un espacio al adolescente para conocerse a sí mismo.
  • Permite también cultivar sus intereses y aficiones, descubrir qué le gusta…
  • Favorece además recargar energías (el contacto social y las relaciones interpersonales son muy buenas, pero también pueden saturar o agotar en determinados momentos).

Los adolescentes se sienten menos inhibidos cuando están solos

Por otro lado, la soledad también ayuda a los adolescentes a descubrir nuevos intereses e ideas sin tener que preocuparse sobre las opiniones de otros; así lo reveló un estudio del 2006, en el que los investigadores concluyeron que los adolescentes se sienten menos inhibidos cuando están solos.

Así que, si tu hijo adolescente quiere estar solo, y a no ser que tenga alguna preocupación o problema que le lleve a desear esa soledad (ahí tendrás que indagar un poco), no temas. Recuerda que…

“En muchos momentos, su única compañía va a ser él mismo, y necesita empezar a crecer y sentirse seguro en esa condición”.

Laura Ruiz Mitjana.

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