¿Has oído hablar de los metrosexuales? Cabellos perfectos, barbas bien recortadas, cejas cuidadas. Los hombres dedican cada vez más tiempo y dinero a atender su imagen. ¿Qué realidades sociales y psicológicas hay detrás de este comportamiento? Explóralas a continuación.
El termino metrosexualidad se originó en la cultura popular de los 90, como etiqueta para los hombres que ponían más énfasis en el cuidado de su apariencia física y estilo de vida, en comparación con las normas tradicionales de masculinidad. Y como etiqueta, no está exenta de polémica.
Los hombres y la sociedad en general han dado un paso adelante en atención a la imagen. En lo que respecta a los caballeros, ya no se trata solo de músculos, gimnasio o una bonita dentadura. Ahora tienen cabida el delineado de ojos, las uñas pintadas y estilismos inimaginables hace solo una década.
La metrosexualidad identifica esa conducta masculina orientada al meticuloso y casi obsesivo cuidado del aspecto externo, que refleja la propia identidad y se vincula con el estatus social. Hoy los hombres son más libres al cultivar su poder de atracción, ciertos gustos y vanidades que antes eran territorio femenino.
David Beckham en los noventa y Harry Styles en la actualidad, rompen estereotipos y reformulan la masculinidad, atrayendo, a su vez, a toda una industria de mercadotecnia muy beneficiada por esta revolución.
¿Qué es la metrosexualidad y cómo se manifiesta?
La metrosexualidad surgió como un término chispeante y pegadizo en forma de neologismo en una sociedad necesitada de cambios. Unía dos palabras «metrópolis» y «sexual», para describir un fenómeno en apogeo en la década de los 90. Fue el periodista Mark Simpson quien describió por primera vez esta característica en un artículo publicado en The Independent.
Pero el auténtico auge está en el principio de siglo XX. El metrosexual desafiaba el esquema clásico de la masculinidad, para abrirla a un espectro mucho más amplio a la hora de expresarla.
De a poco, la tendencia fue destilándose en los medios de comunicación para replantear idearios en el pensamiento masculino. El mundo de la moda y la estética fueron los principales anzuelos.
Características asociadas al metrosexual
Hasta los años 90 los hombres heterosexuales evidenciaban una gama de consumo limitada. Con la metrosexualidad se abrió toda una industria para saciar sus intereses y vanidades. Las características y dinámicas de los hombres metrosexuales son las siguientes:
- Van al gimnasio.
- Visitan centros de estética para recibir tratamientos de belleza.
- Están muy interesados en las tendencias de moda y en las marcas.
- Adoptan prácticas asociadas por tradición a las mujeres, como el maquillaje.
- Se esfuerzan en cuidar su apariencia, aunque ello implique «sufrir» una depilación, por ejemplo.
- Aumentan el consumo de cosméticos y las grandes marcas empiezan a comercializar artículos exclusivos para hombres.
- Los medios de comunicación, en especial las redes sociales, comienzan a poblarse de referentes a imitar en lo que se refiere a la estética.
¿Por qué aparece la conducta metrosexual?
Trabajos como los realizados en la Universidad Técnica de Punyab, en la India, destacan que la metrosexualidad es un fenómeno social vinculado a los medios, a las celebridades y a la industria de consumo. Bien es cierto que surgió como un impulso para reformular los conceptos de masculinidades. Atrás quedaba ya la clásica imagen de rudeza, fortaleza y encorsetada emocionalidad.
Poco a poco, los hombres adoptaron costumbres y prácticas que la ideología convencional ligaba en exclusiva con lo femenino. Un salto cuántico para ellos. De pronto, tenían otros modelos a seguir, además de referentes que les abrían nuevos mecanismos para potenciar su atractivo y deseabilidad social.
También les permitió gustarse a sí mismos y deleitarse del autocuidado. Por tanto, el fenómeno de la metrosexualidad se concibe como una expresión de la sociedad de consumo, gracias a la cual, los hombres reestructuraron su identidad al romper los moldes tradicionales.
Los hombres analizan y deconstruyen los estereotipos de género para encontrar otras formas de expresar y disfrutar de su masculinidad.
¿Qué tipos de metrosexualidad existen?
El concepto metrosexual es amplio y en constante reformulación. Al fin y al cabo, todas estas tendencias se reconstruyen y procuran incluir las nuevas conductas y necesidades que discurren en la sociedad.
Un estudio publicado por la Revista do NUFEN explica que el concepto de masculinidad construido a lo largo de la historia aún influye en el hombre posmoderno; pero mantener el perfil metrosexual resulta más significativo, en cuanto a satisfacción y confirmación social.
Entonces, la masculinidad está en permanente reestructuración y el término metrosexual no es más que un eslabón en todo ese avance por dejar a un lado aspectos disfuncionales y caducos. De esta manera, vale la pena revisar las diferentes tipologías del concepto, para comprender su riqueza social y psicológica.
1. «Ubersexual»
El «ubersexual» es un ejemplo de la metrosexualidad más comedida. Se preocupa por su imagen, pero no cae en los excesos ni el consumismo. Son personas con estilo propio que nunca recurrirán a prácticas como la depilación, por ejemplo.
2. «Retrosexual»
Frank Sinatra, James Dean o el personaje de Don Draper en la serie Mad Men. El «retrosexual» es la clara evidencia de que en los años 50 y 60 ya existían hombres que cuidaban su imagen, que se preocupaban por tener un estilo acorde a las modas. La metrosexualidad no llegó con George Clooney o Cristiano Ronaldo.
3. «Lumbersexual»
El «lumbersexual» es de cosecha más cercana -2016- y define al clásico leñador y camisa de cuadros que lleva una vida muy urbana. Muestra un aire rústico y descuidado, pero es solo una falsa apariencia, porque cada elemento está cuidado y prediseñado. Basta con echar un vistazo a sus botas relucientes y barba poblada, pero bien recortada.
4. «Spornosexual»
El «spornosexual» simboliza a figuras como Cristiano Ronaldo o cualquier deportista de imagen atlética que desea ser el centro de todas las miradas. Este término combina dos dimensiones: el deporte y el porno, entendiendo este último como la intención de incitar al deseo.
5. Narcisismo metrosexual
En muchos casos, la metrosexualidad deriva en conductas narcisistas y egocéntricas. Ocurre cuando el hombre se obsesiona en exceso consigo mismo, siendo su única preocupación y su único interés. Buscan aparentar perfección y ser el centro de atención en todo contexto y escenario.
Cuidarse, disfrutar de la moda, adoptar técnicas de belleza que antes solo eran femeninas, no significa ser menos masculino, sino expresarse de más maneras; es para los metrosexuales disfrutar de un universo que antes estaba vetado o mal visto.
¿Siguen existiendo los metrosexuales?
Muchos recordarán a las protagonistas de la célebre serie Sexo en Nueva York. En ella, las mujeres evidenciaban el mismo estilo de vida que define la metrosexualidad. Esto demuestra que el concepto trasciende a los propios roles de género, porque también hay mujeres metrosexuales.
La corriente dio sus primeros coletazos hace casi 30 años y, aunque el término dejó de sorprender, la tendencia persiste. Figuras como Harry Styles, por ejemplo, representan una postmetrosexualidad dinámica que busca ser referente. Ahora, la identidad masculina tiene más abanicos con que expresarse, jugar y manifestarse. Eso, cómo no, siempre resulta positivo.
Nota editorial
El género es el origen de muchos de los debates actuales. Lo que favorece la aparición de posturas encontradas que proyectan la idea de que hoy nos movemos en un terreno extraordinariamente resbaladizo, donde los cambios que se introducen en las definiciones tienen un impacto en la legislación. Este artículo no pretende encender ninguna polémica en el sentido descrito, sino reseñar una realidad con las palabras más ajustadas, siendo conscientes de que pueden existir otras perfectamente válidas.